Destacar, destacar, destacar…

Nuestra sociedad nos educa para encajar en un modelo establecido y luego premia a los que destacan. Curiosa contradicción, pero no tanto, porque si todo el mundo destacase no habría olimpo para todos.

Sea como fuere, a los que estadísticamente les van mejor las cosas en la vida es a los que destacan. Y para destacar hay tres valiosas herramientas que ayudan mucho: tener padrinos o personas que impulsen nuestra carrera. Tener mucho dinero. Y ser muy valiente.

Es cierto que existe un grupo importante de gente que con mucho esfuerzo logra llegar a esa cumbre, pero no deja de ser un porcentaje bajo respecto de los que lo intentan. Pero no me mal interpretéis en este sentido porque soy un firme defensor de esta vía, tan sólo dejadme terminar para que se me entienda mejor lo que quiero deciros…

Con todo ello, conviene hacer un enfoque más pragmático de la situación y es que, como la mayoría de nosotros no tenemos padrinos ni somos ricos, toca ponerse las pilas en lo que a la valentía se refiere. Es decir, que toca esforzarse mucho, que toca ser muy constante, pero que a todo ello hay que ponerle una buena dosis de riesgo, valentía y, en algunos casos, incluso jeta, para que la cosa funcione de verdad.

Claro que destacar por salir en un programa de televisión (reality o similar) haciendo edredoning es una triste manera de destacar. Hacerlo por ser un gran pelota del jefe, también… Me refiero a destacar por atrevernos a dar un paso más sobre lo que se espera de nosotros para ponernos a prueba y sorprender a los demás de que podemos hacer cosas excepcionales.

Con mi hijo mayor he podido comprobar lo útil de esta teoría. Tras varios años jugando a baloncesto y haciéndolo francamente bien, no entendía qué tenía que hacer para explotar como jugador. Fue entonces cuando le dije que arriesgase, que no se limitase a hacer lo que ya hacía bien, y le propuse que intentase ir más allá mostrando la riqueza de su juego y talento. Lo cierto es que le costó desarrollarlo, pero lo ha conseguido. Hoy es un jugador diferente, auténtico y en el que es fácil fijarse. Pero lo más importante de todo es que se divierte haciendo lo que hace. Y creo que es el mejor motivo para intentar ponerlo en marcha, ¿no creéis?

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